1.
La función del periodista es comunicar, investigar e informar para
hacernos saber a los lectores, televidentes y radioescuchas cuál
es la verdad histórica de los hechos. No obstante, muchas veces,
en México nos vamos con la verdad de quien tiene el poder económico
o político, o la verdad de algún declarante imprevisto, aunque
no sepa nada. En mi opinión se ha distorsionado un poco la verdadera
función del periodismo -no en todos los medios, porque algunos sí
cumplen muy bien con su tarea-, pues no aportan al ciudadano la verdad
de las cosas. La televisión, por ejemplo, no sirve a la población,
sino a puros intereses económicos y políticos: los empresarios
de la TV mantienen una actitud de obediencia y de servilismo frente a quien
paga por anunciarse y a quien otorga la concesión. Hacer televisión
sólo ha servido para fabricar a los hombres más ricos del
mundo y del país. En la actualidad, la función del periodismo
debería ser la de descubrir e informar a los mexicanos sobre quiénes
realmente nos gobiernan, quiénes componen el sistema político,
cuáles son sus acciones, y al mismo tiempo hacer saber cómo
ellos están influyendo y afectando nuestra vida diaria. Esa debiera
ser a grandes rasgos la función del periodista y del periodismo.
Desafortunadamente, muchas veces los periodistas no podemos cumplir con
nuestra sagrada tarea de informar porque estamos sujetos a lo que el dueño
del medio nos dice y a veces tenemos que perder dignidad y vergüenza.
De qué sirve -como he visto tantas veces- que un reportero quiera
decir lo que realmente sucedió si no se lo van a difundir los directivos
del medio. El periodismo no ha servido más que para desorientarnos,
con sus excepciones. Lamentablemente, a veces los periodistas sólo
somos maquiladores de la nota como la quiere el dueño del negocio
y eso a muchos nos debe avergonzar.
2.
Nosotros ejercemos el periodismo civil, el cual plantea que ante la falta
de espacios para el ciudadano en los medios de información y ante
la invasión total del poder político-económico en
los canales periodísticos, resulta necesario un espacio para que
la gente pueda, además de replicar, exponer su juicio político,
su acusación, su postura e informar de su propia realidad y sobre
los efectos que tienen las decisiones del hombre del poder en la vida cotidiana.
A grandes rasgos, ese es el principio del periodismo civil: el ciudadano
es la fuente de información que se convierte en cronista de su propia
realidad. Por tanto, nuestras relaciones con las fuentes de información
son magníficas. Nosotros creamos un espacio (Voz Pública)
para que el ciudadano escuche a sus pares y se exprese sobre el discurso
y las acciones de los hombres del poder. Aquí, el objetivo es que
el principal consumidor de la información sea el gobierno, el sistema
político, además de los mismos ciudadanos. No obstante, todavía
esos consumidores andan muy desbalagados, muy cerrados, sordos, ciegos,
y mudos muchos de ellos, aunque algunos ya empiezan a querer salir, a hacer
saber que tienen vergüenza. El periodismo civil es la búsqueda
del diálogo con el ciudadano, porque aquí el conductor, el
periodista, no es el que busca a los consumidores, no es la voz, no es
el líder de opinión, sino el canal que da dimensión
a la voz del ciudadano. Todavía estamos en esa búsqueda,
pero en 20 años se ha avanzado mucho. Así pues, los destinatarios
principales de la información en el periodismo civil -los señores
que manejan el sistema político- aún no quieren ser, ya no
digamos consumidores, sino siquiera interlocutores del ciudadano.
3.
Se trata de una satisfacción que necesita renovarse todos los días
porque es una tarea difícil y riesgosa. Es una satisfacción
y una frustración al mismo tiempo; es decir, acabo el día
satisfecho y empiezo el siguiente insatisfecho o al revés, porque
no se logró todo lo que uno quisiera. Mi aspiración como
profesional del periodismo es simple y sencilla: contribuir a la democracia
en México, a la formación política del ciudadano y
a eliminar la corrupción, la injusticia y todos los atropellos que
a diario sufren los mexicanos.
4.
El periodismo mexicano en general es como un acuario con muchas peceras,
donde en muchas de ellas se manejan cuotas de poder y de corrupción
y en otras de honestidad, esfuerzo, sacrificio y de lucha. No puedo hacer
una calificación general del periodismo mexicano, cada quien debe
tomarlo por células. Yo pienso que la gente necesita mucho apoyo
del periodismo, pues por lo común no encuentra lo que requiere para
poder funcionar como ciudadano y ejercer sus derechos. El ejercicio periodístico
en general no tiene credibilidad, salvo ciertas excepciones. Yo no califico,
pero la gente sí me dice: �no creo ni en el sistema político
ni en los medios periodísticos�, y pone a la televisión en
primer lugar. Mientras que la mayor parte del periodismo nos desorientó,
nos engañó y manipuló la información durante
1994, 1995 y parte de 1996, en Voz Pública el ciudadano supo
cómo decir las cosas, juzgarlas y actuar, porque primero fue radio-oyente,
luego radioescucha, más tarde radioparticipante y ahora es actor
político.
5.
¿Cómo trazar un camino mejor? Pues definitivamente impulsando
el periodismo civil como parte integral de todo el periodismo. ¿Es
posible? Por supuesto. Es más, resulta indispensable e inminente
porque el ciudadano lo está imponiendo. O sea que todo periodismo
que se haga en México deberá tener, para sustanciarlo y darle
fuerza, la voz, el pensamiento y el juicio del ciudadano. Entonces, el
futuro del ejercicio periodístico nacional va a ser ese: que el
hombre del campo, el trabajador, el ama de casa, ganen más espacio
en los medios con el impulso de las nuevas generaciones de periodistas.
Por ello es preciso que los jóvenes comunicadores empiecen a acercarse
a la verdad del ciudadano mexicano y a ir integrando el periodismo civil
en la estructura periodística nacional con fuerza y proyección
hacia el futuro. |